Enero 3, 2023
La introducción de la tecnología en las verticales de negocio tradicionales ha dado lugar a multitud de oportunidades y nuevas empresas emergentes.
La digitalización ha permeado todos los sectores de la economía. La introducción de la tecnología en las verticales de negocio tradicionales ha dado lugar a multitud de oportunidades y nuevas empresas emergentes, que aprovechan las herramientas digitales para reformular los servicios y los productos que ofrecen. Es el caso de las FinTech, un tipo de compañía cada vez más relevante en el sector financiero.
¿Qué es FinTech y cómo funciona?
El término FinTech es la forma abreviada en inglés de financial technology o tecnología financiera. Bajo esta etiqueta se agrupan todas las empresas que se valen de la tecnología para gestionar y desarrollar servicios y productos financieros. Estos abarcan desde el asesoramiento y la gestión patrimonial de las finanzas personales hasta la representación de activos registrados de forma digital.
El sector FinTech ha dejado de ser una anécdota en el mundo financiero. Ha pasado de un puñado de empresas disruptivas a un sector dinámico y en crecimiento que acumula cada vez más valor. De acuerdo con Markets and Research, en 2020 el sector alcanzó una valoración global superior a los 7 billones de dólares. Para mediados de la década, se espera que la cifra supere los 31 billones. Solo en España, la plataforma Finnovating estima que a finales de 2021 operaban cerca de 400 FinTechs.
Principales áreas de desarrollo de las FinTechs
Las posibilidades que abre el uso de las tecnologías móviles, el análisis de grandes conjuntos de datos, el internet de las cosas o los algoritmos de inteligencia artificial pueden ser aprovechadas en cualquier segmento del sector financiero. Aun así, en la actualidad, las principales áreas de desarrollo de las FinTechs son:
- Pago móvil. Servicios de pagos a través de dispositivos móviles o electrónicos tanto online como en comercios físicos, así como transferencia de fondos.
- Gestión de finanzas personales. Plataformas que permiten organizar la información financiera de todos los bancos y tarjetas, de forma que el usuario obtiene de forma conjunta un escenario que le posibilita comparar distintos productos financieros adaptados a sus necesidades y el manejo de sus gastos.
- Social trading. Plataformas que ponen en contacto a inversores entre sí o con traders profesionales. Estas empresas buscan facilitar los préstamos rápidos online y la financiación participativa, entre otras cosas.
- Asesoramiento y gestión de capital, aprovechando el potencial del big data o la inteligencia artificial.
- Compraventa de criptomonedas. Estas empresas facilitan el acceso a las monedas virtuales a todas aquellas personas que quieran invertir en este novedoso sector.
- Insurtech (insurance technology), entre las que podemos encontrar seguros de distribución de productos, proveedores de tecnología para el sector seguros, grandes aseguradoras digitalizadas y startups con productos de seguros alternativos.
- Legaltech (legal technology). Son empresas que aplican la tecnología a la prestación servicios legales o a la comercialización de los mismos a través de herramientas digitales.
¿Cómo están reguladas las FinTech en España?
Las FinTech irrumpieron en el mercado financiero español antes de que existiese una normativa específica para regular su actividad. Sin embargo, con la aprobación en noviembre de 2020 de la Ley para la transformación digital del sistema financiero, este tipo de empresas cuenta ya con un marco legal definido y estable.
La principal novedad de esta ley es la introducción de un entorno seguro de pruebas, también llamado sandbox. Este busca, a grandes rasgos, facilitar el acceso a la financiación de las nuevas empresas al tiempo que asegura que la transformación digital del sector no afecte a la protección de los consumidores de servicios financieros, a la estabilidad financiera y a la integridad de los mercados. Es decir, la ley ha creado un espacio que permite innovar en el sector financiero, pero de forma segura.
La norma contempla que las FinTech elegidas para formar parte de este sandbox dispongan de un entorno seguro en el que llevar a cabo ensayos de manera controlada. Este está sujeto siempre a la supervisión de la autoridad nacional competente en función del sector (como el Banco de España para el sector bancario o la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones).
Principales riesgos a los que se enfrentan las FinTech
La actividad de las FinTech no está exenta de riesgos. Aunque existen amenazas comunes, no todas las empresas del sector prestan los mismos servicios ni operan en mercados similares, por lo que cada una tiene sus propios retos y desafíos que vendrán determinados por las características concretas de sus productos y servicios, su público objetivo y el entorno en que operan. Aun así, estos son algunos de los riesgos de las FinTech a tener muy en cuenta:
- Riesgos derivados de la responsabilidad por sus servicios profesionales financieros, por el correcto funcionamiento de los productos tecnológicos y responsabilidad del adecuado uso de los datos personales.
- Riesgos cibernéticos externos, cada vez más complejos, que afectan al desarrollo normal de una actividad que tiene lugar eminentemente en un entorno digital y conectado.
- Riesgos derivados de la protección del patrimonio propio personal de los que toman las decisiones, sobre las cuales se asientan los cimientos de las sociedades de reciente creación.
La actividad de las fintech ha explotado en la última década de la mano de los grandes conjuntos de datos, el análisis avanzado, la digitalización, las plataformas móviles o la inteligencia artificial. El hecho de contar con un elemento tecnológico tan importante, hace que las fintech enfrenten riesgos propios, además de los riesgos habituales de la actividad financiera
Riesgos legales de las fintech
Las compañías del sector fintech deben hacer frente a múltiples riesgos derivados del cumplimiento legal, de las responsabilidades que asumen al ofrecer servicios y productos financieros y del mal uso que terceros puedan hacer de sus plataformas. Estos son los principales riesgos legales de las fintech.
- Riesgos regulatorios. Según va creciendo y desarrollándose el sector, el marco legal en el que operan las fintech también va evolucionando. En España, por ejemplo, cuentan desde 2020 con la Ley para la transformación digital del sistema financiero. Las compañías de este sector en constante cambio deberán mantenerse al día con las últimas novedades regulatorias del país o los países en los que operan.
- Riesgo de fraude. Este tipo de riesgo está a medio camino entre lo legal y la ciberseguridad, ya que se asocia a las diferentes amenazas que supone la piratería cibernética. Las fintech que se vean asociadas a operaciones fraudulentas y delitos, aunque solo sea por fallos en sus sistemas de seguridad o debilidades en la regulación interna, podrán enfrentarse a importantes problemas legales. Algunos de los riesgos concretos de fraude son las estafas asociadas a herramientas como el crowdfunding o los activos digitales y los robos de identidad que pueden derivar en transacciones no autorizadas.
- Riesgo de robo de datos. En determinados mercados, como sucede en la Unión Europea con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), la protección de la información personal y privada de los usuarios es un asunto central. Las fintech almacenan a menudo información especialmente sensible de sus clientes, por lo que una brecha en la seguridad de los datos puede desembocar en problemas importantes por incumplimiento regulatorio.
- Riesgo de lavado de activos. La legislación contra el blanqueo de capitales es también cada vez más estricta. Un número creciente de delincuentes busca en las fintech una herramienta para lavar activos obtenidos de forma fraudulenta. Para mitigar este riesgo, es importante contar con procedimientos robustos de validación de clientes y de revisión de las dinámicas de transacciones.
Riesgos de seguridad de las fintech
Hablar de riesgos de seguridad en el sector fintech es hablar, sobre todo, de ciberseguridad, pero no solo. Estos son algunos de los otros riesgos que afectan a esta industria emergente.
- Riesgo de disponibilidad tecnológica. Las fintech dependen de la tecnología para el desarrollo de su actividad y la correcta prestación de sus servicios. Esto marca la diferencia frente a sus competidores, pero las hace, también, más vulnerables. Cualquier fallo tecnológico puede suponer problemas en el acceso a los servicios o riesgos en la seguridad de la información y las operaciones y a acabar derivando en pérdidas de ingresos.
- Riesgo operacional. De la misma forma que el anterior, este tipo de riesgo está relacionado con fallos que ponen en riesgo la prestación de servicios y, por lo tanto, pueden generar pérdidas. En este caso, hablamos de problemas derivados de procesos defectuosos, fallos humanos y problemas operativos que pueden llevar a interrupciones del servicio y afectan a la experiencia del usuario.
- Ciberriesgos. Los ciberataques son cada vez son más habituales y el escenario de ciberriesgos, cada vez más complejo. Estos problemas de seguridad pueden poner en jaque el sistema tecnológico de las fintech y derivar a su vez en riesgos operacionales y riesgos relacionados con la seguridad de la información y los datos.
Además de los riesgos legales y de seguridad, las fintech se enfrentan también a riesgos asociados con la responsabilidad profesional, riesgos reputacionales, riesgos financieros asociados a la viabilidad de su modelo de negocio o riesgos relacionados con la disponibilidad del talento digital. Cada vez son más las startups del sector financiero que deciden apoyarse en una póliza específica para gestionar sus riesgos cambiantes, que ofrezca cobertura tanto para la responsabilidad derivada de los servicios financieros y tecnológicos que prestan, como para la protección frente a fraudes y ciberriesgos.
Las principales FinTech en España
Como hemos visto, la conexión entre tecnología y servicios financieros se ha asentado en multitud de sectores. En el caso español, algunas han logrado destacar por encima del resto y expandirse incluso a nivel internacional.
Fintonic: asesoramiento en finanzas personales
Fintonic es sinónimo de FinTech en España y en el mundo. Conquistó el mercado ya en 2012 como una app móvil de ahorro a través de la cual los usuarios podían gestionar sus finanzas y sus gastos. Hoy ofrece varias herramientas de financiación y seguros y se ha convertido casi un asesor financiero móvil.
Bizum: gestión de transferencias y pagos
Los servicios de pago móvil fueron uno de los campos de mayor crecimiento de las FinTech durante los primeros años de expansión. En España, estos servicios se han centralizado, sobre todo, en Bizum, una app que hoy soporta pagos entre casi todas las entidades bancarias del país. En 2021 alcanzó los 15 millones de usuarios.
Finect e Indexa: fondos de inversión
Uno de los mercados en los que más han crecido las FinTech en los últimos años ha sido el de la gestión de fondos y otros productos de inversión. En España, Finect se ha convertido en el portal de referencia para comparar y hacer diferentes tipos de inversión. Indexa ocupa un nicho más concreto, el de los fondos indexados, donde también se ha hecho fuerte gracias a su análisis de riesgo robotizado.
Estos son solo algunos de los ejemplos de un sector dinámico y en auge, que ha sabido sacar partido a las ventajas de la tecnología para impulsar nuevas oportunidades de negocio en el sector financiero y reformular las propuestas tradicionales. Las posibilidades de las FinTech no hacen sino multiplicarse con el paso del tiempo.